Esta reducción artificial de longevidad tiene otra consecuencia para el colectivo de toros de lidia. Tiene un efecto negativo a la estructura social de los grupos. Cualquier especie social asume su equilibrio social con una combinación específica de miembros de diferentes edades y géneros. Si se elimina sistemáticamente un grupo demográfico específico, como es el caso de los machos de más de seis años, el grupo no puede conseguir la estabilidad social ideal y está siempre en una situación constante de reajuste, que explica cómo a veces hay muchas peleas entre machos en la dehesa. Estas peleas hacen que los ganaderos separen los machos del grupo, que no siempre ayuda a generar estabilidad. Añadido a esto, como después de generaciones de selección artificial los ganaderos de toros de lidia han estado intentando crear individuos que tienen más tendencia a defenderse embistiendo que corriendo, esto ha generado una respuesta inadecuada y no natural a las confrontaciones entre machos por hembras o por dominancia, que o bien crea más peleas y heridas entre individuos (sufrimiento físico), u obliga a los ganaderos a separar más los grupos (sufrimiento social).
- Jordi Casamitjana, Etólogo
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