© Revista Complutense de Ciencias Veterinarias et al
Há algo que gostaria de partilhar, visto que a informação está a ser publicada de forma galopante pelos meios de comunicação social.
Eu não pude ficar indiferente à informação fraudulenta que por aí circula, numa tentativa de justificar o injustificável! Ainda por cima vindo de "profissionais" da área, isto é verdadeiramente triste, senão vergonhoso!
Analisando a imagem em baixo:
Primeiro que tudo existem vários tipos de stress, segundo as hormonas corticosteróides, como o cortisol, não são catecolaminas (Adrenalina, epinefrina, etc.), terceiro é lógico que o cortisol esteja mais elevado durante o transporte, afinal ele está relacionado principalmente com respostas de stress a longo prazo, não a curto!
A informação da imagem não tem valor científico algum! Apenas vem afirmar o que consta há 50 anos nos livros de Fisiologia! Se os defensores das touradas querem ser levados a sério façam uma pesquisa dos níveis dos mediadores da dor (bradicinina, serotonina, substância P, etc.) e das catecolaminas, aquando de todos os processos que o animal é sujeitado!
Dizer que o animal não sofre porque apresenta níveis de cortisol mais baixos do que em transporte é algo surreal! Estão a misturar os pés com as mãos. E isto não sou eu que estou a inventar, consta em todos os manuais de Fisiologia, é uma das bases da fisiologia e uma falha gravíssima atentar contra isto!
Dor ≠ Cortisol - Não podemos deixar que moldem os factos em favor das circunstâncias!
O pior é que isto até foi publicado no jornal de notícias e tem vindo a ser utilizado como argumento!
Um aplauso à ignorância gratuita!
Na minha óptica isto é VERGONHOSO!
É preciso filtrar a informação, pois há muita gente que acredita neste artigo falacioso!
por Ricardo Lopes
Mestrado Integrado em Medicina Veterinária · Évora
Anatomía del sufrimiento.
La lidia consta de una serie de tercios en los que el toro es picado, banderilleado, y herido de muerte con el estoque, siendo posteriormente descabellado y apuntillado.
La puya es un arma metálica cortante y punzante que consta de 6 cm de cuerda encolada y 2.5 cm de púa piramidal tan afilada en cada una de sus aristas como la hoja de un bisturí. Va provista de un tope cilíndrico que debería impedir que entrara en el cuerpo del animal más de esos 8.5 cm.
Son muchos los estudios anatomopatológicos que se han desarrollado sobre cadáveres de toros lidiados para determinar las lesiones que provocan.
En todos, absolutamente todos los estudios consultados al respecto, se reconoce que los puyazos suponen, entre otras cosas, un gran daño neurológico para el toro.
En más del 70% de los toros estudiados, se ha determinado que las puyas son clavadas en zonas muy posteriores a la indicada como “ideal”.
Las lesiones descritas afectan a más de 20 músculos, sin contar los intercostales y costales. Todas estas estructuras son necesarias para la movilidad del tercio anterior de animal, los movimientos del cuello, y de la cabeza, y para la función respiratoria. Pero no son sólo los músculos, tendones y ligamentos los que son seccionados, sino también importantes venas, arterias, y nervios
Los resultados indican que la profundidad media de los puyazos es de 20 cm, habiéndose encontrado trayectorias de hasta 30 cm. Se sabe que una sola vara puede abrir hasta 7,4 trayectorias diferentes.
Se reconoce que las puyas provocan fracturas de apófisis espinosas y transversas de vértebras, fracturas de costillas, y de sus cartílagos de prolongación, y que pueden perforar la pleura y el pulmón, dando lugar a neumotorax. Del mismo modo son inevitables las lesiones de la médula espinal, las hemorragias en el canal medular, y la lesión de nervios tan importantes como el plexo braquial (que se ocupa de la inervación de las extremidades anteriores), y de las ramas dorsales de los nervios espinales que se encuentran paralelos a la médula.
Las pérdidas de sangre que sufre un toro en la suerte de varas son algo contradictorias, oscilando entre el 8 y el 18% de su volumen sanguíneo. Un toro de 550 kilos perdería entre 3 y 7 litros de sangre tras los puyazos.
Las banderillas, que se clavan en número de seis, llevan en su extremo un arpón de acero cortante y punzante, que en su parte visible será de una longitud de 4-6 cm. Desgarran muchas de las estructuras anatómicas lesionadas con anterioridad por las puyas, y producen lesiones en unos 10 cm alrededor de donde han sido insertadas, aumentando la pérdida de sangre en el animal.
El estoque, una espada curvada de 80 cm de largo, debería lesionar o secciónar los grandes vasos que asientan en la cavidad torácica, es decir, la vena cava caudal y la arteria aorta posterior.
Lo que sucede con más frecuencia es que el estoque lesiona cordones nerviosos laterales a la médula, lo que provoca la desconexión de todo el aparato motor de la caja torácica, lo que añadido a la gran lesión del pulmón derecho, da lugar a una dramática dificultad respiratoria. La sangre pasa del pulmón a los bronquios, de allí llega a la traquea, y sale al exterior por la boca y la nariz.
En otras ocasiones se atraviesa el diafragma, lo que va a producir una parálisis por lesión del nervio frénico; la lesión del nervio frénico puede determinar compromiso de la función diafragmática con insuficiencia respiratoria.
Se dan casos en que las estocadas son tan traseras que pueden llegar a penetrar en el hígado y la panza.
El descabello se realiza con una espada similar al estoque, pero que lleva un tope de 10 cm. Su misión es lesionar y seccionar la médula espinal entre la 1ª y 2ª vértebra cervical.
La puntilla se le da al toro con un cuchillo de 10 cm de hoja, que una vez introducido en el espacio occipito-atlantoideo secciona el bulbo raquídeo, provocando la parálisis general del animal con disminución de la presión arterial. Los movimientos respiratorios se van paralizando y la sangre circulante, cargada de CO2, produce hipoxia en el encéfalo. Se dice que provoca la muerte instantánea del toro, pero no es cierto, ya que va a dar lugar a la la muerte por asfixia.
Algunos animales presentan durante algún tiempo después reflejos que son compatibles con la vida. La puntilla está prohibida en todos los mataderos de la UE por considerarse un método cruel de dar muerte a un animal.
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de José Enrique Zaldivar Laguía
Veterinario
Colegiado en el Ilustre Colegio de Veterinarios de Madrid
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